dimanche, mai 21, 2006

Anohe temblo en Concepción


Esta semana he hecho unas cuantas cosas tontas, no se si será porque aun estoy muy resfriada y mi cerebro no funciona bien todavía o tal vez será que la tos ya afectó mis neuronas, la cosa es que no hallo la hora de estar sana otra vez, esto se ha alargado mucho. Desistí de ir a trabajar a Cerro Alto este fin de semana para mejorarme y lo único que logré ha sido enfermarme más, porque ha estado demasiado helado aquí, allá es más calientito el ambiente y tal vez me hubiese mejorado. Incluso me da la impresión de que respiro cristales de hielo y anoche hice algo por primera vez en mi vida ... Dormí con gorro de lana...

Rectifico...
...segunda ...
la primera vez fue cuando estuve en Punta Arenas, en el 2003 cuando ocurrió el fatídico episodio de mi ruptura con Puerto Montt y después de 2 meses de agonía, de esas profundas que provoca la partida del ser amado, no me quedó otra que huir, pero lo hice con la frente en alto y con la chiva de un viaje de vacaciones... sola como un perro abandonado me subí por primera vez a un avión y como un niño asombrado pegué mi nariz congestionada de lágrimas a la ventanilla para ver la cordillera de los Andes en todo su esplendor, fueron 4 horas de viaje, donde, como Carmela de San Rosendo, fotografié cada una de las cumbres que sobresalían de la cordillera, los lagos, glaciares y campos de hielo e incluso al acercarnos a las aguas del Estrecho de Magallanes tuve la ilusión imposible de que si aguzaba el ojo podría ver la Antártica... para esas alturas del viaje ya había dejado de llorar y me dispuse a disfrutar del viaje de una semana sin que nada pudiera impedirmelo
(por eso insisto en invitar a "alguien" a Chile para que se le pasen las penas).

Al bajar del avión pude ver a mis primitos, a quienes apenas conocía, que me recibieron con toda la alegría que podían sus corazones, ya que por primera vez una "tía " iba a visistarlos.
Nada más salir del aeropuerto pude sentirlo, una ráfaga quemó mis orejas (un poco grandes), mis mejillas, mi nariz, todo lo que no estaba cubierto...
...era el viento austral...
desde ese momento supe que durante mi corta estadía tendría un amigo inseparable: el gorro de lana, que no me lo sacaba ni para dormir, apenas una vez para lavarme el cabello con un agua que me congelo hasta las células, razón por la cual decidí dejar esa higiénica medida hasta que volviera a Concepción... Lo demás es historia...
Fue uno de los mejores viajes que he tenido, conocí la patagonia chilena, Las Torres del Paine, Punta Arenas, Puerto Natales y navegue por los canales un poquito, quiso el clima que no me separara de él y compañero de todas mis fotografías siguió siendo mi gorro...

gorró que olvidé hasta anoche, hasta cuando mandé a la cr... al frío y decidí ponermelo para dormir tan calado hasta las orejas que apenas escuche las campanitas de mi pieza cuando vino el temblor...
Porque tembló anoche, no sé si lo sintieron

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2 Comments:

Blogger TORO SALVAJE said...

Espero que te mejores pronto y que ningún temblor, de ningún tipo, te quite la alegría.

Un beso.

23 mai, 2006 05:40  
Blogger KAMELAS said...

Hola Amiga :

Te dejo un mensaje breve de regreso y me voy rapidico, no sea que me coja uno de esos virus que pululan por este blog ..

Que sepas que cada uno de mis 190 centimetros te han echado de menos

Un besazo

30 mai, 2006 12:55  

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