Dia dos: Bienvenida a Europa

Al regresar...

la magia duro entre tres o cuatro dias,

porque, sin asombrarse de ello,

se entero de que la habian traicionado...

Alrededor de las 11 pude ver la silueta del Sena serpenteando sobre Paris y no sé porque me puse muuuuy nerviosa... Bienvenida a Europa, pensé... bueno, no aun mientras el avion no se haya detenido, rectifiqué y en esos momentos todas las cosas comenzaron a hacerse mas cercanas y el vaivén del avión me recordó una cosa: el avión de Brasil se accidento cuando estaba aterrizando...

No fue muy suave la cosa entonces, pero por fin estaba en tierra firme, no obstante, el avión no se detuvo, debe haber andado unos 10 minutos para luego posarse en el medio de una pista y tuvimos que bajarnos allí para ser trasladados por bus hasta el terminal 2E

Bajar caminando del avion no me habia pasado nunca y tener esa tramenda mole a mi costado me intimidó.

No sabía si esto era común o se debía a que como eramos latinos tal vez para nosostros no alcanzaba aeropuerto, afortunadamente hasta ahí todos hablaban y alegaban en shileno, asi es que eso me reconfortó y trate de disfrutar el paseíto.

Al llegar al terminal y pasar por la poli internacional había dos filas, una para residentes de la UE y otra para "otros paises" ... vi a un chiquillo medio hippie, que no estaba nada de mal, que se había venido con nosotros desde Concepción y tomaba la otra fila, que huaso-pense- se equivoco, este no habla frances ni inglés...

Ni un solo timbrecito le pusieron a mi pasaporte, nadie dirá que estuve en el pais de mis amores, al menos la primera vez le hicieron como un rayon y luego nos dirigimos a recoger nuestro equipaje. Como mi papa me preguntaba mucho de como era esto o aquello y yo ya me estaba comenzando a poner nerviosa me limite a decirle, mira de la primera vez que vine no me acuerdo nada , asi es que sigue la flecha que dice baggages- y parece que la indicacion dio resultado.

Al llegar a la cinta 33 me pareció que me habian dado un bofetón: yo que venía desde la tierra de los pinguinos era recibida por una ola de calor de muchos mas grados de los que podia soportar asi de golpe y porrazo.

Caso media hora nos llevó recuperar nuestros bolsos y cuando yo tenia que nos hicieran pasar por alguna especie de aduana y nos iban a quitar todo lo que llevabamos: manjar, queso mattei, porotos y lentejas de nuestro campo, leche condensada, chocolates y hasta pan de pascua, resulta que de pronto nos encontramos con la salida y mi famille petite de Paris.

No me alcance ni a emocionar preocupada como estaba de grabar, con mi nueva camara el encuentro, si es que Fer se acordaba de mi nombre o me daba un beso y, en un momento, me pareció como si siempre hubiese sido de allí... y es que mi cuerpo se reencontro con mi corazón, aquel que dejé, entre lágrimas, en ese aeropuerto hace dos años y medio atrás...

En el camino a casa, mi cuñado se equivocó de camino, pero eso solo fue un detalle que me permitió apreciar un poco más aquel paisaje... Hasta que poco a poco comence a reconocer calles, señaletica, casas, árboles, mairie, poste, boulevard... y no fue hasta ver el paradero de la 396, que mi cuerpo y mi corazón se encontraron con mi alma, que nos miraba desde la ventana de la cocina cuando ibamos llegando y, a medida que subiamos las escaleras, hacia el premier etage, comence a recoger energias y aromas de lo intensamente vivido en aquel lugar...

Hubiera llorado largo y tendido, si no se hubieran reido de mi, porque yo habia dejado mi espiritu alli y ahora recien lo estaba recuperando y porque nada habia cambiado y esa esquina, y ese hogar estaban casi tal cual como les deje, con algunas mejoras eso si, pero casi igual, en esencia y me di cuenta de que ni siquiera yo habia cambiado...

Esa tarde ya extrañe la hallulla, tan dura se sentía la baguette pero fue una once rica en esas tacitas pequeñas y los platos azules, con los mismos piquetes que yo le había hecho la primera vez que fui nounou... fuimos al supermercado y al parque y nada se habia movido, todo estaba tal cual, esperandome...

Hasta que llegó la noche y las pocas estrellas que se veian me sonreian al pasar...

Vaya calor,

mi primera noche dormí en suelo sobre un colchón,

con la ventana abierta hasta atrás,

adivina que pasó...