Fuego en la ciudad de la luz

Mientras un pedazo de mi corazón esté allá, he decidido que la France es mi segunda patria, por eso, observo con desazón cada noticiario en que la veo caer bajo el fuego incierto de aquellos quienes solo piensan que hacer daño reivindica sus anhelos perdidos, siendo que la violencia solo genera más represión. Sin embargo, los mismos que juzgamos, con fuego en el corazón, más de alguna vez hemos herido profundamente a quienes queremos y luego, solo nos queda lamentarnos en las cenizas de lo que quedó. Será por eso que siempre he creido en las segundas oportunidades, porque pienso que si el Fenix puede renacer es justamente para eso, para darnos una oportunidad más y para permitirnos a nosotros mismos dar una oportunidad a aquellos que la necesitan. ¿Puede la princesa, en su castillo encantado, esperar a que el plebeyo vuelva una vez más a rescatarla? ¿Puede la alfombra mágica llevar a la princesa a la ciudad encantada donde las luces vuelvan a brillar otra vez y la espere su pequeño principe? ¿Puede la princesa perdonar a su escudero? ¿Puede el caballero ofendido montar su corcel negro y pasear a la princesa una vez más? ¿Pueden salir de tu boca las palabras que espero, en ese idioma que anhelo escuchar una vez más? ¿Pueden las lluvias de estrellas traer en sus dulces alas susurros de historias lejanas de ancianas y sabias leyendas de mi amado Puerto Montt? Solo me queda esperar... y soñar con despertar mañana y ver en el noticiario que la violencia acabó... y soñar con despertar mañana en mi castillo encantado, un beso en los labios y tu dulce sabor.